Carolina Flores desde siempre supo de la importancia de involucrar los sentimientos y el corazón en el negocio y eso fue lo que compensó su falta de la preparación empresarial. Muchos de los colegas le reprochaban el hecho de que creían erróneo aplicar el corazón en el rígido mundo de la empresa movido por la razón. Pero ella, confiaba en sus instintos y seguía adelante diciendo: “Si Medesys ha de ser la única empresa con alma en el mundo, que así sea.”
Durante los años que estuvo dirigiendo Medesys, el tiempo no ha dejado de darle la razón y ella lo atribuía al hecho de entender siempre que quien tenía delante en la mesa de negociaciones era “primero una persona como yo y después el director general de una empresa grande
Hay dos tipos de personas: las que creen en las casualidades y las personas que las causan. En el caso de Carolina, su inmensa pureza de corazón, confianza y fe crearon una serie de “casualidades” que propiciaron una exitosa carrera profesional a una edad en la que la mayoría de los mortales comienzan a preparar la jubilación. Para Carolina eso son las “diosidencias”.