Parece ser que mi hijos le han tomado el gusto a preguntarme temas difíciles cuando menos me lo espero. Si siguen así, no voy a tener mas remedio que comprarles la PlayStation 4 para que me den respiro.

Miguel de Merodio | Directror Ejecutivo del Foro de la Empresa Familiar
Miguel de Merodio | Directror Ejecutivo del Foro de la Empresa Familiar

Ahora la pregunta ha sido ¿qué está pasando en el PSOE? Hubiera preferido que me preguntaran sobre el sexo. Esa me la sé. Pero parece que llego tarde y de eso ya saben (espero que sólo la teoría).

Esta vez fue cuando estábamos viendo las noticias de la televisión española internacional y nos enteramos de que Pedro Sánchez, Secretario General del PSOE, había dimitido después de una reunión de la Comisión Ejecutiva del partido.

Yo había estado toda la semana fuera trabajando y durmiendo en hoteles sin noticias de España y la actualidad que traía en la cabeza era el debate entre Trump y Hilary.

Aunque vivo en Centroamérica desde hace años todos los días veo el telediario español. A veces, hasta 3 veces. Y a veces, hasta el parte meteorológico. Si, así es. Estoy en Managua atento a ver si llueve en Albacete. Pero esa es otra historia.

Lo que quiero decir es que cuando me hicieron la pregunta yo me estaba topando con la noticia y no iba preparado. Y pensé… ahí vamos otra vez. ¿Qué les digo yo? Como buen consultor, el instinto me dijo: “haz una introducción para darles contexto… y para ganar tiempo a ver si se te ocurre algo mejor que la última vez”.

Así que comencé a contarles que el PSOE es el Partido Socialista Obrero Español y que ahora estaba en la oposición pero que había gobernado varias veces en España. Les conté que este año había habido dos elecciones en España y que las había ganado el Partido Popular pero sin apoyo suficiente para formar gobierno.

Les expliqué que el PSOE se estaba debatiendo internamente entre abstenerse en el parlamento español y permitir que el Partido Popular gobierne o, por el contrario, tratar de aliarse con partidos de izquierda e independentistas y gobernar ellos. Si ni una cosa ni otra se daba pronto, España iría a sus terceras elecciones en un año. Un escenario que nadie quería.

Justo cuando terminé el preámbulo y comprobé que no les había aburrido lo suficiente fue cuando se me ocurrió. ¡¡El PSOE es como una Familia Empresaria!!

El “líder de la Familia” (Pedro Sánchez) había estado teniendo problemas porque los resultados del negocio (elecciones generales) habían sido desastrosos. Los peores de la historia. Su competidor tradicional (el Partido Popular) había vuelto a tener más ganancias (votos) que ellos, aunque tampoco les había ido muy bien… Pero lo que más le preocupaba eran los nuevos competidores, muy agresivos, que les estaban disputando la cuota de mercado en sus mercados naturales (los votos de la izquierda).

Y llegaron los resultados del último mes (en las elecciones de Galicia y el País Vasco los nuevos competidores les habían superado en votos).

Horrible. Hacía sólo una semana que se habían hecho públicos y todo se había precipitado.

Las dos estrategias de la familia socialista estaban claras. Consolidar la posición como segundos del sector y permitir que el competidor principal lidere el mercado (el PP gobernaría en minoría y el PSOE lideraría la oposición en el Parlamento) o aliarse con los nuevos competidores para desbancar al líder (el PSOE gobernaría con apoyo de independentistas e izquierda radical).

El líder optó por la segunda.

Y, de repente, el Fundador habló!! ¿Pero no estaba retirado? ¿Qué hacía ahora el abuelo opinando? ¿No se daba cuenta de que estaba cuestionando el liderazgo actual?

En el PSOE moderno el “fundador” es Felipe González (Presidente del Gobierno desde fines del 82 a mayo del 96 y la figura más conocida y respetada del socialismo español). ¿Y qué había dicho…? “Me siento engañado”. No estaba de acuerdo con que el líder pactara con competidores emergentes que querían romper las reglas del mercado… (apoyaban, entre otras cosas, el referéndum secesionista en Cataluña).

La segunda generación del PSOE (la del ex Presidente Zapatero – Gobierno del 2004 al 2011) también estaba reclamando lo mismo. Y, para colmo, la “prima” Susana, la favorita de gran parte de la Familia por su carisma y resultados en su “Unidad de Negocio” se había pronunciado claramente a favor de la estrategia de no pactar con los competidores y cuestionó duramente al líder (Susana Díaz es la Presidente del gobierno regional de Andalucía –la mayor fuente de votos para el PSOE-).

A pesar de ello, el líder continuó con su plan y para fortalecer su legitimidad después de las críticas recibidas, había propuesto consultar directamente a los accionistas (léase afiliados al partido).

Y el caos se desató. Para impedir que el líder siguiera por ese camino, la mitad de los miembros de la “Junta Directiva” habían presentado su dimisión (los partidarios de Susana Díaz en la Comisión Ejecutiva dimitieron para forzar la disolución de la propia Comisión, el cambio de líder y permitir al Partido Popular gobernar en minoría evitando ir a las terceras elecciones en un año).

La mayor amenaza para la familia socialista se había materializado. La sombra de la escisión se cernía sobre una “familia” con 137 años de historia. Después de una caótica reunión de la Comisión Ejecutiva, con afiliados a la puerta del Partido insultando a los “traidores” al líder, éste se había visto forzado a dimitir.

La “Familia Socialista” ha afrontado, en una semana, todos los retos con los que las familias empresarias de verdad tienen que lidiar si quieren perdurar siendo relevantes y teniendo éxito:

  • El reto de Legado: las familias empresarias (como los partidos políticos) son grupos sociales con vocación de transcendencia y, por ello, es fundamental que sus generaciones compartan un mismo legado, una ideología. Si no hay un proyecto común ¿para qué seguir juntos? Y si no se tiene claro, toca aclararlo.
  • El reto del Gobierno: la institucionalidad de los órganos de gobierno es fundamental. Si no se respetan las normas de toma de decisión no habrá legitimidad para exigir su cumplimiento.
  • El reto del Liderazgo y Sucesión: si hay pugna de líderes, antes o después, el mercado castigará los resultados. Nunca todo el poder está en las manos de una sola persona. Comprender eso y lograr un balance adecuado es una buena vacuna ante las malas decisiones o la ruptura del grupo.
  • El reto del Crecimiento: los resultados importan y mucho. Pero la tendencia es mucho más importante que el resultado en sí. Unos malos resultados con buena tendencia son energía para las familias, las empresas, los equipos, los partidos, etc. Buenos resultados con tendencia negativa producen incertidumbre. Y la incertidumbre siempre necesita un liderazgo claro y legítimo
  • El reto de la Cohesión: las crisis sólo se superan con cohesión. Cuando ésta se resiente fuertemente la prioridad absoluta es volver a ser uno. Pero también hay otra salida: la división definitiva. Las Familias Empresarias hablan entonces de “podar el árbol”.

El símil creo que funciona. Salvo en una cosa: una familia empresaria hubiera tratado estos temas con muchísima más discreción.

Y ahora, por si acaso, voy a comprar la PlayStation 4…

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